El estado puro del oro y la plata se mide en 999 milésimas, nunca se considera que es de 1000 ya que se prevé una mínima, aunque inevitable, presencia de cualquier otro mineral. Ya que 999 milésimas resulta una consistencia demasiado blanda para ser usada en joyería, se requiere de una aleación. El oro y la plata en SIERRA JOYEROS se ajustan a lo que marca la ley : oro de 750 milésimas y plata de 925.

Ambos metales, al ser maleables, pueden rayarse fácilmente con el uso diario. En SIERRA ponemos a disposición de nuestros clientes unas gamuzas no abrasivas especiales para devolver el brillo a la pieza.

El mayor enemigo del oro es un mineral líquido habitual en todos los hogares y que se halla en el interior de los termómetros convencionales: el mercurio. El mejor consejo es evitar cualquier contacto. Si el mercurio roza su pieza de oro o de plata, el síntoma aparecerá horas después, mostrando una zona blanqueada en su joya. SIERRA recomienda traerla a una de nuestras tiendas para que pueda ser limpiada con urgencia en el taller.

La plata tiene una tendencia natural a oxidarse adquiriendo tonalidades negras o amarillentas. Si su joya de plata se oxida, puede limpiarla con una gamuza no abrasiva especial para la plata o bien llevarla a un centro profesional de SIERRA para su limpieza.

Por otra parte, las joyas con gemas se tienen que mimar de una manera especial. En primer lugar, se deben evitar los golpes sobre superficies duras, los cambios de temperatura extremos y el contacto con cosméticos o productos químicos de uso doméstico. El engaste de la mayoría de las gemas es un trabajo delicado en extremo y totalmente artesano, nuestros engastadores recomiendan una revisión anual.